Papá: ¡sentí vos también a tu bebé durante el embarazo!

Cada embarazo es irrepetible.
Cada bebé es único.
Cada momento es especial.

Para papá. Porque él también está embarazado.

Llegás a casa, escuchás un: “vení corriendo mi amor que está pateando”. Y corrés, como un loco, quizás hasta te tropezás con algún mueble. Tirás el bolso, las llaves, todo lo que tenías encima queda en el camino. Una sonrisa enorme hace que te rías sin darte cuenta, y abrís los ojos bien grandes.
Y finalmente llegás emocionado hasta donde está ella panza arriba, apoyás la mano para sentir las pataditas y… nada.
Para entender por qué pasa esto necesitamos ver un poquito toda la situación. ¿Notaron que las mamás cambian un poco o, mejor dicho, bastante durante el embarazo? Estos cambios también afectarán a la respuesta que obtengan en este momento: “Te juro que se movía”; “Con vos no se mueve porque el otro día no me compraste el helado que te pedí”; “Me quiere más a mi que a vos”, etc…

Quizás lo mejor sea ponerse más que nunca en el lugar de su hijo. Imaginen lo siguiente: el bebé se mueve mucho desde hace tiempo, pero esta vez pasó algo muy diferente: se movió y mamá vibro muchísimo, su piel se erizo, se emocionó, pegó un grito. Al bebé todo esto lo descoloca. Además escucha una voz que hasta ahora no había percibido: la voz de papá. Porque recuerden que alrededor de la semana 20 comienza a escuchar los sonidos externos, y en ese mismo momento mamá comienza a sentir las pataditas. Ante la duda el bebé se queda quietito, expectante, a ver qué pasa.