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Náuseas y vómitos en el embarazo

Náuseas y vómitos en el embarazo

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Dicen que son los primeros síntomas que se presentan en la mujer, al tener relaciones sexuales y “no haberse cuidado”, dando lugar a pensar de inmediato que ha quedado embarazada.

¿Pero sucede siempre? ¿Por qué se producen? ¿Qué complicaciones pueden traer?

¿Quién no ha escuchado alguna vez la frase: “Vomitó… ¿No estará embarazada…?” 
Esta asociación se debe a que las náuseas y vómitos son los síntomas más comunes de los que se experimentan durante el embarazo. Teniendo sólo una importancia crucial su grado máximo, llamado hiperemesis gravídica, la cual constituye una patología del embarazo que debe ser tratada especialmente.
Las náuseas afectan entre el 70-85% de los embarazos; los vómitos aproximadamente el 50% y la Hiperemesis Gravídica afecta sólo el 1% de los mismos.
Lo más frecuente es que estos cuadros aparezcan durante el primer trimestre, pudiendo hacerse presentes más allá del mismo (13% pasadas las 20 semanas).
 De las mujeres que experimentan náuseas y vómitos durante el embarazo, el 70% sufren esta sintomatología entre la cuarta y la séptima semana de gestación.

En el 90% de los casos, los vómitos ceden alrededor de las 16 semanas de gestación.

La causa de estos trastornos aún no es clara.

Se han considerado numerosas teorías:

Niveles Hormonales: El período pico para la emesis/hiperemesis gravídica es el primer trimestre, cuando los niveles de gonadotrofina coriónica humana (la hormona del embarazo) son elevados y otros estados de gonadotrofina coriónica humana también son altos, como embarazo múltiple y enfermedad trofoblástica gestacional, que se los caracteriza por la presencia de vómitos de diferente intensidad.


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Helicobacter Pylori: 90,5% de las mujeres con hiperemesis gravídica tienen al Helicobacter pylori en el estómago, en comparación con el 46,5% de los embarazos de mujeres sin vómitos. Se ha sugerido que la erradicación del Helicobacter pylori mejoraría la clínica de la hiperemesis gravídica, pero es necesaria mayor evidencia.

• Alteraciones Hepáticas:

La disfunción hepática, alteración de enzimas e ictericia, es un evento secundario en la hiperemesis gravídica, ya que éstas mejoran junto al cuadro clínico.

Deficiencias nutricionales: Un número importante de reportes ha demostrado que las pacientes con hiperemesis gravídica son deficientes en vitamina B6.

Factores psicológicos: Los factores psicológicos y psiquiátricos han sido fuertemente asociados con la hiperemesis gravídica. Parece ser más común en mujeres inmaduras, dependientes, histéricas, depresivas o ansiosas. Se considera a la hiperemesis gravídica como una posible reacción de protesta contra el embarazo: como resultado de conflictos, especialmente en el ambiente familiar y hogareño.
La importancia de estos factores en la etiología es enfatizada por la desaparición y recurrencia de la sintomatología en relación con la separación o retorno de la paciente al ambiente familiar y por el hecho de que esta enfermedad puede ser tratada con hipnosis y otros factores de sugestión.

Dismotilidad Gastrointestinal: Durante el embarazo la motilidad esofágica, estomacal y del intestino delgado se altera como consecuencia de la relajación del músculo liso, por la acción de la progesterona. Estos factores pueden contribuir al incremento de las náuseas y los vómitos.
El diagnóstico de emesis/hiperemesis se hace, principalmente, por los síntomas referidos por la paciente y por los signos que el médico pueda observar en ella. Hay análisis de sangre que pueden ayudar al mismo.
Que las náuseas y los vómitos produzcan complicaciones en la madre es muy poco probable y los efectos de los vómitos maternos en el feto dependen de la severidad de la enfermedad. Con vómitos leves o moderados no hay efectos. Ha sido comúnmente reportado que el resultado de un embarazo con vómitos asociados es mejor que el de un embarazo sin vómitos.

¿Qué debo hacer si tengo náuseas y/o vómitos?

Consultar al médico, quien valorará si es necesario hacer o no tratamiento, según la severidad de los mismos y mi estado general.
El médico es quien determinará si es necesario realizar algún tratamiento.


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El tratamiento de los casos severos incluye:

Cambios en la dieta: Los consejos deben incluir comidas frecuentes, pequeñas cantidades, dieta blanda, evitar alimentos grasos, fritos y muy condimentados. Beber pequeñas cantidades de líquido regularmente, entre comidas. Cualquier suplemento oral de hierro debe ser discontinuado temporalmente. Cuando la paciente recupere el apetito debe ser alentada a comer pequeñas cantidades de lo que ella desee.

Antieméticos
 – Fluidos endovenosos y electrolitos: El reemplazo de fluidos y electrolitos es el componente esencial del manejo de estos trastornos si son severos.

Vitaminas
- Corticoides: Los corticoides han sido demostrados como una alternativa en las náuseas y vómitos refractarias al tratamiento habitual.
– Se ha hablado también de jengibre y acupuntura (el punto P6 de Neiguan es el punto antiemético que se encuentra en la cara interna de la muñeca, entre los tendones de los flexores de la mano).

Apoyo psicológico:xxxxxx Muchas mujeres, particularmente las primigestas, necesitan asesoramiento e información con respecto a los síntomas de náuseas y vómitos. Reconocer que esto será algo transitorio y que no afecta al feto, ya es útil de por sí.

MORALEJA: LAS NAUSEAS Y LOS VOMITOS SE ENCUENTRAN ESTRECHAMENTE RELACIONADOS CON UN EMBARAZO NORMAL, POR LO TANTO, SI ESTOS SON FRECUENTES, DEBES RECURRIR A TU MEDICO PARA QUE SEA EL QUIEN LOS VALORE Y DECIDA SI EN TU CASO ES NECESARIO O NO HACER ALGUN TIPO DE TRATAMIENTO.
 NO TE ANGUSTIES Y ANTE LA DUDA, CONSULTA A TU MEDICO.

Dra. Verónica Secondi
 Obstétra – Ginecóloga
[email protected]


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