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¿Chupete o dedo?

¿Chupete o dedo?

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Se ha investigado mucho sobre este punto, entre profesionales tales como pediatras, odontólogos, psicólogos y fonoaudiólogos. Y la conclusión a la que se llegó, es que se prefiere el uso del CHUPETE al uso de alguno de los dedos. ¿POR QUE?

¿Chupete o dedo?

Todas las mamás sabemos acerca de la necesidad que tienen los bebés de succionar. Este acto es INSTINTIVO.

Es la manera que tiene el bebé de relacionarse con su mamá; es su medio de alimentación , ya sea natural y/o artificial; y también es su modo de sedación, porque la succión le brinda placer y satisfacción… Pero a menudo se presenta la duda: “¿será conveniente ofrecerle chupete?”

Chupete o Dedo?

Se ha investigado mucho sobre este punto, entre profesionales tales como pediatras, odontólogos, psicólogos y fonoaudiólogos. Y la conclusión a la que se llegó, es que se prefiere el uso del CHUPETE al uso de alguno de los dedos.

Esto se debe a que la succión se puede transformar en hábito, y éste (llegado el momento) es más fácil de eliminar al retirar el objeto. Por lo tanto es aconsejable ofrecerle chupete, pero uno de forma adecuada, anatómico, para que se asemeje al pezón materno.
Existe la posibilidad que el bebé no acepte el chupete, pero sí el biberón, ya que de él extrae algo.

En estos casos debemos tener en cuenta:
– NO utilizarlo en las horas de sueño, y MENOS aún con jugos o líquidos azucarados.
– NO realizar agujeros grandes en las tetinas, y recalcamos que éstas deben ser anatómicas.
– Dejar el uso del chupete, en lo posible, alrededor del año de edad, como así también, en el caso que se le dé mamadera. (Aunque sea de leche materna). Se podrá continuar con el amamantamiento, proporcionándole la leche o cualquier otro líquido -sea éste jugo natural o agua- de diferente manera.

Bebe Chupete

Existen en el mercado los vasitos o tazas antiderrame, los que vienen con sorbete incorporado, para que el pequeño adopte esta forma de alimentarse o saciar su sed.
Existen situaciones en que el bebé no acepta el chupete ni el biberón y utiliza al pecho materno para saciar su ansiedad. En estos casos se asesora a las mamás para normatizar los horarios de alimentación del niño, amamantándolo sólo con esa finalidad.
Como mencionamos antes, este reflejo es tan instintivo y necesario, que puede comenzar intrauterinamente con la succión de alguno de los dedos. Otras veces este reflejo se adopta luego del nacimiento.
Observar cuando el bebé va creciendo e incorporando alimentos más sólidos, si va dejando la necesidad de succión.
Si esto no ocurre, debe captarse en qué momentos lo hace, qué dedo es el que chupa, evaluar su edad, la frecuencia y duración del hábito.
Muchas veces ocurre que succionan algún dedo de la forma más rebuscada e insólita, produciendo diversos problemas.

La succión del dedo pulgar, que es la más frecuente, puede ocasionar deformidades de la boca, como por ejemplo:

– Paladar ojival (muy profundo, que puede alterar la correcta respiración y deglución)
– Adelantamiento excesivo de los incisivos superiores.
– Retrusión de la mandíbula (echada para atrás).
– Mordida abierta en el sector anterior

Y como consecuencia de esto:
– Interposición lingual entre los arcos dentarios (la lengua se apoya sobre los dientes inferiores y genera presión sobre ellos, quedando una abertura entre los dientes superiores e inferiores)
– Deglución atípica o anormal (al haber mordida abierta, es difícil tragar por lo que interpone la lengua para sellar la boca y hacer el movimiento de deglución).

Pero estas situaciones no suceden en todos los casos. Esto depende de la estructura ósea del niño, de la forma de succión y de la fuerza empleada.

¿Cuál es la solución a estas alteraciones?

En lo posible habría que inducir al niño a dejar el hábito.
En los casos en donde es posible percibir alguna deformación de los arcos dentarios, o del paladar, se puede indicar el uso de aparatología ortopédico-ortodóncica para interferir el problema y/o corregirlo. En estos casos se puede comenzar alrededor de los 3 años, dependiendo de la maduración del chico.

Si el hábito se perpetúa en el tiempo, se sugiere reeducación fonoaudiológica.

Dra. Alicia Aichenbaum
Odontóloga
[email protected]


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