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entrevista a la dra veronica secondi embarazada

Charla con una obstetra embarazada

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Sentimos la curiosidad de tener una charla informal con una médica obstetra, que además es mamá y ya está en camino su segundo hijo.
Verónica, ¿cuánto hace que sos médica obstetra?
 Hace siete años que me dedico a la Ginecología y a la Obstetricia.

¿Desde que comenzaste a estudiar medicina, sabías cuál sería tu especialidad? 
No, la verdad es que me decidí casi al final. Ginecología fue la anteúltima materia que cursé y Obstetricia la última, es decir que me recibí con Obstetricia.
Si no lo tomás a mal: ¿cuánto te sacaste? 
9 en Gineco y 10 en Obstetricia.

¿Cómo te sentís en este rol?
 Por suerte no me arrepiento en lo más mínimo. La Obstetricia me da la felicidad de acompañar a las mujeres que están trayendo sus hijos al mundo (¿qué mayor felicidad que esa?) y como ginecóloga soy la médica de atención primaria de la mujer. La consulta ginecológica muchas veces se transforma sólo en un papanicolau, una mamografía y una colposcopía. Yo trato de desterrar ese concepto. 
De hecho, cuando estoy con los médicos en formación de mi querida Maternidad Sardá, trato de inculcarles que a la paciente también se la debe escuchar y son muchas las tareas preventivas que podemos cumplir.
 Cómo anécdota, te cuento que ayer, a una paciente mayor que me consultó por un problema mamario, luego de resolverle el problema que la traía por primera vez a mi consultorio, le tomé la presión. 
Sorprendida me dijo: “es la primera vez que una ginecóloga me hace algo que no tiene que ver con el aparato genital femenino”. 
Y ni te digo cuando le pregunté si se había vacunado contra la gripe este año. Con esto quiero destacar que el hecho de que una paciente concurra 1 ó 2 veces al año al ginecólogo para el control anual, esa es nuestra mejor excusa para ocuparnos de ella en todo su contexto, previniendo lo que podamos (osteoporosis, gripe, etc.), o detectar hipertensión, diabetes, alteraciones tiroideas, etc. De esta manera podemos derivarlas al especialista, ya que muchas de estas mujeres no concurren a otro médico.

¿Sentís o te comentan las mujeres que se sienten más cómodas al ser atendidas por otra mujer? 
Algunas sí y otras no. No hay regla en esto, es cuestión de gustos, aunque creo que la mayoría sienten menos “vergüenza” desvistiéndose frente a una mujer o se animan más a contarle ciertas cosas a una mujer que a un hombre.


¿A vos te atiende un médico o médica ginecólogo/obstetra? 
Un médico, al que admiro profundamente y le tengo confianza total.

¿Cambió tu forma de atender en un parto a partir de que vos atravesaste esa experiencia?
 Totalmente. Creo que todo obstetra debe pasar por esta experiencia. Con esto no quiero decir que un/una obstetra que no tenga hijos no pueda ser bueno, pero las vivencias que se generan en un parto son diferentes, según de qué lado de la camilla estés.
A mí, cada vez que recibo a un niño, se me representa mi propio parto y mi propio hijo y no hay nada más agradable de ver que un padre y una madre con su hijito recién nacido en el pecho y el aura de felicidad y alegría que rodea ese cuadro.

¿Cómo te sentiste en el momento de parir, te acordaste de tu profesión o de lo que vos decías a tus parturientas? 
Creo que una obstetra embarazada, de lo único que se tiene que preocupar es de elegir al médico que la va a atender y tenerle una confianza tal que le permita entregarse a él, dejando todo en sus manos; por lo cual yo viví mi parto como cualquier mujer.

¿Qué edad tiene tu hijo? 
Cumplió 3 años el 22 de marzo.

¿Estás embarazada ahora nuevamente, de qué tiempo?
 Si Dios quiere mi hija nacerá a fines de agosto.

¿Seguís trabajando normalmente? 
Por ahora sí, salvo que no estoy haciendo guardias, para no exigirme tanto con la panza y para estar todas las noches en casa con mi hijo que está más mamero que nunca.

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¿Es fácil mantener la estructura familiar siendo médica?
 Mi marido también es médico, con lo cual los horarios de casa a veces cuesta manejarlos.
 Cuando recién nos casamos hacíamos muchas guardias y quizás no nos veíamos demasiado, pero luego de nacer Nicolás yo nunca hice más de una guardia por semana. 
Ahora que Nicolás es más grande, queremos y tratamos de respetar el momento de la cena los tres juntos, en la que cada uno cuenta las novedades y las vivencias del día, generando así un momento en el que a partir de ahora y para siempre sea un punto de reunión y encuentro familiar. 

Esto me lo inculcaron mis padres y les estoy muy agradecida, ya que creo que entre otras cosas estableció un diálogo y un “vivir al tanto” entre mis viejos, mi hermano y yo, que hizo que durante toda nuestra vida estemos en contacto y al tanto de las cosas que nos fueron pasando a lo largo de los años. Los domingos son sagrados para nosotros, ya que es el único día que estamos los tres juntos todo el día y aprovechamos para pasear. Nuestro hijo está acostumbrado a nuestras actividades y salvo por alguna urgencia que tengamos mi marido o yo, por suerte, estamos bastante con él. 
Por otro lado ahora empezó el jardín de infantes y está más ocupado en sus cosas y siempre nos organizamos para que mi marido o yo lo vayamos a buscar. De lo contrario, por suerte, tenemos a los abuelos, que son de fierro y se desviven por ahora su único nieto.

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¿Te gustaría que tus hijos sean médicos? 
Sinceramente NO. 
Nunca se los diré, salvo que ellos lo pregunten específicamente, para dejarlos decidir libremente. 
Pero creo que la carrera de medicina es muy sacrificada y larga, ya que aparte de los 7 años de carrera hay 4 de especialización y luego, que el ejercicio de la profesión está muy manoseado y desprestigiado. 
Requiere de un sacrificio personal y familiar muy particular, que hoy por hoy está muy mal remunerada y además es muy riesgosa.
 Creo que lo único que nos gratifica a los médicos es la posibilidad de ayudar y generar bienestar a nuestro prójimo. Ese es el motor que nos impulsa a seguir adelante con entusiasmo y dedicación.
Supongo que teniendo a los dos padres médicos, nuestros hijos tienen altas posibilidades de querer serlo ellos también. 
Desde ya que si ésa sería la elección, tendrán todo mi apoyo.
A mi marido, en cambio, creo que le gustaría que lo fueran.
De hecho, mi hijo ya dice que él es “méquico”, como mamá y papá. 
Se la pasa “curando” todo con sus herramientas de plástico. 
¿Dónde ejerces tu profesión? 
Trabajo en la Maternidad Sardá, en mi consultorio particular y en varias clínicas.


¿Hacés docencia?
 Sí, soy jefa de trabajos prácticos de bacteriología en la Facultad de Medicina de la UBA y doy clases de pre y de postgrado de obstetricia y ginecología en el hospital.
La docencia es algo que me gusta mucho y por suerte pude mantenerla siempre. Empecé como ayudante en un par de materias en la facultad, mientras estudiaba. Luego, al entrar en el Hospital pude seguir desarrollándola.

¿Algún deseo o mensaje que quieras dar?
 Me gustaría decirle a la gente que con lo mal que actualmente se está viviendo, traten de rescatar las pequeñas cosas de lo cotidiano y disfruten de cada momento compartido con la familia y/o amigos, ya que los afectos son lo único que no podemos perder por culpa de otros y es lo que nos da fuerza para seguir adelante. Paz, Salud y Amor.

Dra. Verónica Secondi
 Obstétra – Ginecóloga
[email protected]
Nota realizada hace unos años atras.

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