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Tabaquismo pasivo en embarazadas

Tabaquismo pasivo en embarazadas y su bebé

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Desde el momento en que por primera vez se observó que la inhalación de tabaco en una mujer gestante producía un aumento de la frecuencia cardiaca en el feto.

Las evidencias de los efectos nocivos del tabaquismo pasivo, particularmente en el feto, se han multiplicado por centenas.

Esto es así porque la mayoría de los constituyentes del humo del tabaco atraviesan la placenta.
En efecto, es bien conocido, por ejemplo, el hecho que los niveles en sangre de algunos de los componentes del tabaco de la madre tienden a nivelarse con los del feto e incluso a estar más aumentados en comparación con los de la madre.
Esto es aún más grave por el hecho que el metabolismo y la eliminación en el feto son más lentos que en la madre y por lo tanto tienden a acumularse.
De los componentes del tabaco (más de 4500 sustancias), los más estudiados en cuanto a su agresión sobre el feto son:

• La nicotina

, que se distribuye a través de la circulación fetal e impacta en órganos tales como el cerebro, el corazón y las glándulas suprarrenales, explicaría los niveles aumentados de catecolaminas (sustancias capaces, entre muchas otras cosas, de aumentar la frecuencia cardíaca y el consumo de oxígeno) encontrados en el líquido amniótico.

• El monóxido de carbono

(gas presente en la combustión incompleta del tabaco), atraviesa la barrera placentaria y se une a la hemoglobina fetal (proteína esencial del glóbulo rojo que se encarga del transporte del oxígeno hacia los tejidos) dando como resultado la “carboxihemoglobina”, lo que conlleva una disminución de la oxigenación de la sangre y de los tejidos del feto (hipoxia crónica).


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Acido cianídrico y los tiocianatos presentes normalmente en escasa cantidad en el organismo, se encuentran aumentados en las madres fumadoras y consecuentemente en el feto. Esto produce una reducción de vitamina B12 (hipovitaminosis), que es la encargada de metabolizar el cianídrico a tiocianatos.

El cadmio. Por cada cigarrillo fumado se agrega aproximadamente 1 microgramo de cadmio al organismo; este exceso parece disminuir el transporte de zinc a través de la placenta y su disponibilidad por el embrión. Es importante remarcar que el zinc es necesario para la síntesis de aproximadamente 200 enzimas, algunas de las cuales son indispensables para el crecimiento y el desarrollo fetal, lo que podría explicar el bajo peso y talla que tienen los bebés de madres fumadoras al nacer.

Los benzopirenos y las nitrosaminas son algunas de las sustancias cancerígenas contenidas en el humo del tabaco. Existen aproximadamente 480 en total, las cuales atraviesan la barrera placentaria. Es sabido que el feto es más sensible que el adulto a estas sustancias, por lo que cabría preguntarse entonces cuál es el riesgo cancerígeno para el feto. Estudios en animales de experimentación, muestran que el riesgo de cáncer en los descendientes de aquellos expuestos al humo del tabaco está aumentado.

¿Cuál es la respuesta del feto a la agresión del cigarrillo?

Con cada cigarrillo fumado por la madre sucede una respuesta inmediata en el organismo del feto que depende de la concentración de sustancias en la sangre fetal, la cual se relaciona con el tabaquismo materno. Estas respuestas se evidencian sobre todo a nivel del aparato cardiovascular y respiratorio del feto. En efecto, después de algunos minutos de haber fumado un cigarrillo, se evidencia un aumento de la frecuencia cardíaca en el feto del orden del 15%, que persiste durante 25 minutos aproximadamente. Se produce además un aumento en la fuerza de contracción del músculo cardíaco y una disminución del flujo de sangre placentario. 
A nivel respiratorio, puede observarse un aumento de la frecuencia de movimientos respiratorios durante una hora, aproximadamente, después de 5 minutos de haber fumado la madre. Por otro lado ha sido observado que la cantidad de movimientos fetales disminuye después de que la madre ha fumado de manera significativa durante 60 a 90 minutos, muy probablemente debido a la falta de oxígeno en la sangre fetal. Este hecho repetido con cada cigarrillo puede dar origen a un fenómeno de lasitud fetal.


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¿Cuáles son las consecuencias directas en el feto?

La más conocida y mejor documentada es la reducción del peso del niño al nacer. Las madres fumadoras tienen dos veces más niños que pesan menos de 2500 gramos que las madres no fumadoras. El tabaquismo parece ser el responsable de aproximadamente el 30% de niños con bajo peso al nacer y sería un determinante más importante que el peso de la madre, la estatura de ésta y/o las condiciones socioeconómicas. La magnitud del déficit ponderal se correlaciona con la cantidad diaria de cigarrillos fumados por la madre. Esta disminución puede ir desde una reducción de 70 a 400 gramos.
Un dato importante es que la reducción ponderal es consecuencia de una reducción en la masa muscular, más que de la grasa del feto y se asocia a una disminución de la talla del niño, de su diámetro torácico y del perímetro craneano. El mecanismo por el cual el tabaquismo reduce el peso del feto no es bien conocido pero podría estar asociado a la malnutrición, a la disminución del flujo sanguíneo placentario, al déficit en zinc, depleción de vitamina B12 entre otros probables factores.
Otra consecuencia directa y la más grave del tabaquismo materno es la mortalidad fetal. En efecto, varios estudios epidemiológicos han mostrado que las mujeres que fuman durante el embarazo tienen mayor riesgo de mortalidad perinatal y esto está relacionado a la cantidad de cigarrillos fumados por día, como también al tiempo acumulado de consumo de tabaco.

Las consecuencias indirectas en el feto

Estas son las consecuencias que se ejercen sobre el feto por intermedio de las complicaciones del embarazo ligadas al tabaquismo. Encontramos aquí el aborto espontáneo con un riesgo de hasta 20% en mujeres que fuman 20 cigarrillos por día según algunos estudios. Las hemorragias durante el embarazo son más frecuentes en las fumadoras que en las no fumadoras y podrían estar asociadas a placentas mal insertadas, y a despegamiento placentario, todas situaciones aumentadas en la mujer gestante fumadora.
En fin, la prematuridad es otra consecuencia en un porcentaje de mujeres embarazadas fumadoras. En efecto, algunos estudios efectuados, muestran que un 20% de las mujeres que fuman durante el embarazo, podrían dar a luz prematuros si fuman menos de 20 cigarrillos por día y este porcentaje podría aumentar a 50% si fuman más de 20 cigarrillos por día.
En conclusión, el uso del tabaco durante el embarazo conlleva consecuencias serias para el feto, lo que justifica políticas activas de disuasión en la mujer gestante.

Los estudios epidemiológicos autorizan responsabilizarlo de:

• disminución del peso, talla y perímetro craneano del feto
• fecundidad reducida y embarazo extrauterino
• abortos espontáneos
• mortalidad y morbilidad fetal aumentadas
• su rol en la prematuridad y en las hemorragias durante el embarazo es un punto aún de controversia.

Dra. Georgina Alberro
Dr. Fernando J. Bartolomé Verra
Consultorio especializado en el tratamiento de la dependencia al tabaco de LALCEC

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