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Lactancia materna, consejos

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Es aconsejable que le brindes la leche que vos producís a tu bebé… ¿pero cuándo, cómo, será suficiente? Encontrá algunas respuestas a tus muchas preguntas en la siguiente nota.

Es realmente importante?
El período de lactancia es un momento especial, en el que madre e hijo interactúan entre sí logrando ambos alcanzar beneficios inigualables. El niño logra una nutrición adecuada y como si fuera poco, al proporcionarle la leche materna, es como si recibira una vacuna que lo inmuniza contra muchas enfermedades. Esto sin tener en cuenta el equilibrio emocional del que se hacen partícipes tanto la mamá como el bebé.
A partir del momento en que se inicia la lactancia la relación entre madre e hijo irá intensificándose día a día y sin duda no es necesario excluir al papá en este acto, ya que él podrá acompañarlos a ambos durante este período.

¿Cuándo comenzar?
Tan pronto cuando el obstetra y el pediatra lo autoricen. Así pues, mientras no medie alguna contraindicación, ya en la sala de partos o en cuanto ingresen a la habitación, el niño debe y puede ser puesto al pecho. Lo más aconsejable es colocarlo sobre el pecho de la mamá ni bien tiene contacto con este otro mundo; asimismo, se puede intentar que se prenda al pecho.
Durante los primeros días de vida la lactancia puede verse entorpecida por varios factores:
La inexperiencia: Tanto madre como hijo deberán aprender a conocerse mutuamente. Esto puede llevar un tiempo. No hay que impacientarse.
Las continuas visitas de familiares y amigos: se debe tratar de buscar el momento de estar a solas con el bebé, sin interrupciones y tomarse el tiempo necesario para mirarse cara a cara, hablarle al bebé, ver sus expresiones mientras el pequeño se alimenta y tiene a su mami sólo para él.
Es habitual que durante los primeros días no se tenga abundante cantidad de leche, ya que el mayor volumen se consigue pasados 2 ó 3 días después del parto y con la succión del bebé. El mejor método para que la lactancia no fracase es no desanimarse y aunque no se tenga leche, modificar la postura y continuar colocando al bebé al pecho. El mejor estímulo para la producción de leche es la succión.
El bebé recién nacido tarda entre 5 a 8 minutos en vaciar la mama, por lo tanto se debe intentar amamantarlo durante 10 minutos de cada pecho.

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Consejos:
Para favorecer la formación de leche se recomienda consumir gran cantidad de líquidos y hacer una dieta equilibrada.
Se deben cuidar los pezones, ya que si éstos se agrietan o lastiman la succión se tornará dolorosa y se corre riesgo de infección. Para evitar estas molestias se puede recurrir a: pasarse las gotas de calostro que muchas veces salen de los pezones durante el embarazo (como para lubricar la zona). Además existen cremas como las de caléndula, que son inocuas si quedasen vestigios al colocar al bebé al pecho. También hay pezoneras, protectores mamarios, escudos aireadores y muchos más productos creados especialmente con este fin.

Es adecuado preparar los pezones tal como lo indique el obstetra o podés recurrir a los grupos de apoyo a la lactancia materna, muchos de los cuales realizan reuniones informativas a las que se puede asistir sin cargo alguno. Es indispensable este punto para que cuando tu hijo se prenda y comience a succionar no te molesten ni duelan los pechos. Debés buscar una posición cómoda (recostada, sentada, con almohadones, etc.) para que vos y tu bebé se sientan a gusto y variá las posturas en las distintas mamadas para asegurarte que todos los sectores de la mama se vacíen alternativamente.

No tomes ningún medicamento sin consultar al obstetra o pediatra, ya que la mayoría de los mismos pasan a la leche materna y muchos pueden ser perdudiciales para tu bebé.

No dudes que tu leche es adecuada, de buena calidad y suficiente para tu hijo. Salvo que tu médico te de otra indicación, seguí ofreciéndole la teta; ya que si tenés dudas o sentís temores, vas a hacer algo que va en contra de tu propósito si es el de amamantar, porque agregarás mamaderas que lo único que lograrán es que tu hijo abandone la teta.

Vigilá que las características de tu leche no varíen: si observases que hay sangre, pus, algo diferente o que tus pechos se tornan duros, rojos, calientes o tenés fiebre, no dudes en consultar con el profesional de tu confianza.

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Ofrecele los pechos alternativamente: al comenzar cada mamada, comenzá por el pecho que le diste en la última oportunidad, ya que en los primeros minutos de cada mamada se extrae la mayor cantidad de leche y de esta manera te asegurarás que ambos pechos se vacíen completamente.

Si el pequeño no desea continuar mamando y sentís que aún tus pechos contienen leche, vacialos manualmente o con un sacaleche o mediante cualquier otro método a tal efecto, evitando de esta manera que tus pechos se inflamen o infecten.

¿Hasta cuándo se le debe dar la teta al bebé?
Salvo que medien circunstancias particulares, lo ideal es la lactancia materna exclusiva hasta el 6º mes de vida del pequeño y a partir de este período se puede comenzar con algunos alimentos semisólidos, en lo posible sin dejar de darle la teta algunas veces al día, hasta que progresivamente se vaya aumentando la cantidad de alimentos que se le ofrecen al niño, comenzando de esta manera con el destete. El pediatra de tu confianza irá explicándote cómo se deben suministrar los alimentos a tu hijo. Es muy provechoso que hasta el año y aún pasado éste, el niño no beba otra leche que la materna.

¿Qué hago con las dudas?
El período de lactancia, sobre todo en las madres primerizas, está lleno de dudas, temores e incertidumbre. Consultá con tu médico de confianza y hacele sin temor todas las preguntas que te surjan. Si no estás convencida de los pasos a seguir que te indica, recurrí a otro profesional o también a los Grupos de Apoyo a la Lactancia materna.
La lactancia materna es mucho más que una simple función alimentaria: es un acto de amor y un ladrillo fundamental en la construcción del vínculo madre-hijo.

Dra. Verónica Secondi
 Obstétra – Ginecóloga
[email protected]

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